«Intentó suicidarse seis semanas antes. Había hablado y escrito mucho sobre el suicidio, estaba drogado, consiguió un arma». Este viernes se cumplen 25 años de la muerte de Kurt Cobain, líder de Nirvana y rostro del grunge en los 90, y el exmanager de la banda, Danny Goldberg, lo recuerda a pesar de todo como una persona «creativa, divertida y cariñosa».
El 5 de abril de 1994 el vocalista de Nirvana se suicidó de un disparo tras haber sufrido enfermedades crónicas como la depresión y adicciones a sustancias como la heroína, en plena cúspide de la fama. Tres días después hallaron su cadáver en su casa de Seattle (Washington, EE.UU.). Dejó mujer —Courtney Love— y una hija —Frances—.
«No me dijeron que mi padre se suicidó hasta la edad de 5 años», reveló hace poco la hija de Cobain; tenía solo 20 meses cuando ocurrió. Según su exmanager, a su decisión contribuyó «tanto el dolor emocional como el físico».
Su muerte a los 27 años, al igual que otros artistas como Jimi Hendrix, Janis Joplin o Jim Morrison; los numerosos libros y documentales sobre su obra, vida y muerte; así como las múltiples teorías conspiratorias sobre su suicidio, aderezadas por la carta manuscrita que dejó antes de morir, han contribuido a lo largo de los años a alimentar el mito.
Goldberg sigue desmintiendo a estas alturas cualquier conspiración relativa a la desaparición de Cobain: como ocurrió en el pasado con artistas como Elvis Presley y Marilyn Monroe, si ha habido algo que ha contribuido a su enaltecimiento como leyenda han sido las múltiples teorías sobre su muerte.
El diario The Seattle Times recordaba que los investigadores habían pasado más de 200 horas interrogando a su familia y amigos, así como al «camello» que le vendía heroína y a otras personas.De acuerdo a este rotativo, incluso llegaron a contar con la ayuda de un grafólogo para asegurarse de que la letra de la carta de suicidio era la suya.
Sin lugar de peregrinación
Las cenizas de Cobain fueron esparcidas en un lugar desconocido por deseo expreso de su familia, con lo que sus seguidores no disponen de ningún sitio al que «peregrinar» para rendirle tributo, aunque Seattle cuenta con varios emplazamientos en su honor. Aun así, la estela del personaje sigue más viva que nunca.
Cobain fue el líder de la más exitosa banda de grunge de principios de los noventa, con éxitos como Smells Like a Teen Spirit, Come as You Are o The Man who Sold the World. La discografía de la banda, no obstante, fue reducida, ya que solo editó tres álbumes de estudio, Bleach, Nevermind e In Utero; y un disco en directo, MTV Unplugged. La muerte y canonización popular de Cobain favorecieron la edición de recopilaciones, reediciones y material inédito.
«Cuando Kurt murió, cada vez que sonaba en la radio me rompía el corazón. No pongo discos de Nirvana, no. Aunque siempre están en alguna parte. Me montó en el coche, ahí están. Entro en una tienda, están puestos», dijo recientemente Dave Grohl, líder de Foo Fighters y antiguo batería de Nirvana.
Grohl admite que no habría alcanzado el éxito con Foo Fighters sin todo lo que aprendió en Nirvana. Cobain, en todo caso, admiraba el talento de su compañero, y así se lo dijo a su exmanager. «Me dijo No creo que te des cuenta de lo buen cantante que es Dave, pero yo le escucho cantar armonías cada noche’. Había un lado muy fraternal y dulce en él, pero también tenía un toque de envidia. Quiero decir que era competitivo», apunta.
Hace casi un año murió Chris Cornell, ex líder de Soundgarden, otra de las bandas, junto a Nirvana, Pearl Jam y Alice in Chains, que marcó la existencia musical de la llamada Generación X en todo el mundo.