En pijama, con la manta, la almohada y dentro de una furgoneta que va camino de Murcia. Así recibe Ana Guerra la llamada de 20minutos. Una circunstancia que no es excepcional para ella, más bien su día a día. Después, llegan los conciertos, eventos y promociones de su disco debut, Reflexión. El último de ellos, este sábado en La Noche de Cadena 100, donde actuará junto a las principales espadas del pop nacional e internacional en un macroconcierto benéfico. La canaria vive una vorágine de emociones desde que, hace algo más de un año, entrara en los hogares españoles con Operación Triunfo a ritmo de, entre otros acordes, La Bikina. Nos habla de su nueva vida, de la fama, de sus proyectos, de Aitana… Es Ana War en estado puro. «Tal y como soy», que diría ella.
¡No para! ¿Qué siente cuando ve que cuentan con usted en grandes eventos?
Es una pasada. No es fácil que una artista sea invitada por las radios más importantes del país. Este evento tan bonito y además benéfico de La Noche de Cadena 100 es como la guinda del pastel.
Entre vuelos, compromisos, hoteles… ¿Le queda tiempo para usted?
(Risas) Es verdad que este no es un trabajo normal que tengas que cumplir un horario en un sitio fijo. El pico de trabajo suele ser los fines de semana y, de repente, el lunes lo tienes libre. Con tantos viajes al final pierdes la noción de dónde estás. Pero, si te organizas bien, puedes tener tiempo para ti.
Se habla de la soledad del artista. ¿Usted lo ha sufrido?
A veces llegas de un concierto al hotel, estás sola contigo misma, con toda la adrenalina, y cuesta dormir. Sí es cierto que, a veces, necesitas hacer una llamada a tu gente y tirarte una hora hablando. Pero yo me siento muy bien acompañada por mi equipo, que se encarga de que esté siempre bien. A lo mejor he vivido esa soledad de alguna forma esporádica, pero he sabido resolverla bien.
¿Y qué hace un día sin compromisos?
Pues no lo sé (risas). Desde que he salido de la Academia de Operación Triunfo no soy capaz de saber cómo sería un día sin promociones, eventos o conciertos. Me iría a casa, Tenerife, o viajaría a alguna playa para desconectar.
De ‘Reflexión’, ¿queda algún sencillo por sacar?
La música funciona de otra manera ahora. Se consume de forma más rápida, se gasta antes. Este año estaré de gira y lo bueno que tiene eso es que, en los ratos libres, puedo componer. Ya me he ido a Miami, de donde he venido cargada de música y de sonidos nuevos y de buen rollo. Cuando haya que sacar algo, que yo espero que sea para verano, tengamos, no de la mano de Reflexión, sino de otro futuro disco, un single que a la gente le dé buen rollito.
¿A qué le seguirá cantando?
Al final es un trabajo de muchas personas, no solo mío. Por ejemplo, he hecho una canción, que se llama Vuelve, que habla de cuando uno de la pareja muere. Hay otra donde los dos miembros de la pareja se ponen los cuernos entre sí. También tengo canciones de amor, escribo al feminismo… Siempre salen canciones de diferentes temáticas, según las vivencias que voy teniendo.
¿Habrá algún tipo de colaboración?
Está escrita, aunque todavía no sabemos con quién será. Me gustaría cantarla con un chico, pero se están barajando varios. Otra cosa es que los artistas quieran cantarla conmigo (risas).
Es muy versátil. ¿Se plantea hacer algo que no tenga que ver con el mundo de la música?
Me gustaría probar. Por ejemplo, siempre les he pedido a los Javis que me dejen hacer un cameo en Paquita Salas (risas). Por mi carácter soy muy de lanzarme a la piscina, pero ahora mismo estoy centrada en la música, no quiero que mi imagen se vea distorsionada por hacer otras cosas.
¿Qué queda de aquella Bikina de la lejana, o no tanto, gala 5 de OT 2017?
Queda todo. Fue cuando demostré cómo soy yo en estado puro. Queda esa persona que lucha por la música y que se emociona cantando con esa fuerza con la que lo hice en esa canción.
¿Es todo tan diferente en el mundo ‘real’ como les contaban?
Sí, claro. Aunque la gente nos pudiera advertir, tanto a los concursantes como a nuestra familia, esto impresiona. Pero es tan maravilloso lo que nos está pasando que solo podemos sentirnos afortunados.
Y ahora que lo ha vivido, ¿ya sabe que es esto lo que quiere?
Sí, claro. Nunca había llegado tan alto, estoy tocando el cielo con las manos. Es una maravilla poder ir a contar algo de mí a cualquier rincón del mundo.
De la fama, ¿qué lleva mejor y qué peor?
Lo mejor es dedicarme a lo que me gusta, siendo tan difícil como es esta profesión. Llevar tu música por España y por el mundo es increíble. Lo peor que llevo es dormir poco (risas). Encima soy muy dormilona. Hace poco tuve un día libre y dormí 17 horas, no me levanté ni para hacer pis.
¿Va lidiando algo mejor con la prensa del corazón?
Al principio, como era novedoso para mí, me enfadaba, no entendía qué tenía de interesante mi vida privada. Pero con el tiempo he entendido que, muchas veces, cierto tipo de preguntas son más incómodas para el entrevistador que para mí. Yo siempre suelo mantenerme al margen. Sé que formo parte de esto y sé que el público lo consume.
¿Pero no dan ganas de contestar a ciertas publicaciones o comentarios?
No suelo hacerlo. Me parece muy cobarde esconderse detrás de un usuario sin datos personales. El otro día, por ejemplo, leí que un fan había dicho que yo no me había querido hacer una foto con él, y eso no es verdad. Cuando lees estas cosas, que son injustas y, además, son mentira, dan ganas de contestar. Pero luego pienso que si no puedo responder a la mayoría de la gente que me da cariño, ¿para qué voy a hacerlo con las personas que dicen todo eso?
Se ha hablado de una posible enemistad con Aitana. ¿Todo bien con ella?
Todo muy bien. La quiero un montón y ella a mí también. Yo creo que, un día, alguien se despertó y dijo ‘hoy me apetece publicar que Aitana War se han peleado’ y todos los medios se hicieron eco. Si me dijeras que había una base para publicar esa noticia incluso lo podría entender, pero no es el caso.
Usted reivindica el la igualdad, su cuerpo, que cada uno haga, quiera y actúe como le dé la gana… ¿Lo lleva a cabo?
La verdad es que sí. Cuando no he querido hacer algo, no lo he hecho; cuando no he querido cantar una canción, no la he cantado; y cuando no he querido ponerme un look que una estilista pensaba que era bueno para mí, no me lo he puesto porque no me sentía cómoda con él. Me siento libre dentro de la industria. La compañía, al contrario de lo que mucha gente cree, tiene la filosofía de que, si no te crees lo que haces y lo que defiendes, difícilmente vas a funcionar como artista.
Lo dice porque muchos piensan que son marionetas de las compañías.
Claro. He escuchado muchos comentarios de ese estilo y qué va, ojalá supieran que es todo lo contrario, que tenemos mucha libertad para elegir.
¿Se considera un referente feminista?
Me considero feminista y soy una persona que día a día lucha contra los micromachismos, pero la palabra referente es muy grande, me queda mucho por aprender.
¿Le pesa ser el espejo donde se miran miles de adolescentes?
No, porque, al final, yo me he mostrado cómo soy. Solo tengo que ser tal y como soy. La gente que me ha aceptado así, me quiere así. Me podré equivocar, pero lo importante es no medir cada cosa que haces. Dejarías de ser tú para pasar a ser quien quieran que seas. Está claro que no le puedes gustar a todo el mundo, algo que respeto.
¿Cómo ve a su generación?
Creo que somos gente con sueños, con metas y que lucha por lo que quiere. En OT nos decían que estábamos demostrando que nuestra generación no era ni-ni, pero no creo que hiciera falta acudir ahí para saberlo. Hablas con la gente de mi generación y todos están luchando, divirtiéndose, viviendo la vida a tope. Estoy muy orgullosa de pertenecer a ella.
¿Es una mujer tan segura como aparenta?
Todos tenemos inseguridades y a mí las mías no me importa mostrarlas. Yo creo que eso te hace más segura. Cuando intentas esconderlas es cuando te vuelves insegura. Yo las acepto, si hay algo que no me gusta lo cambio, escucho a la gente y estoy abierta a todo tipo de opiniones. Yo aprendí a quererme a mí misma por encima de todo. Es la única forma que hay para llegar a estar bien con el resto.
¿Siente desconfianza de la gente que va conociendo?
Siempre he tenido los valores de la amistad y de la familia muy presentes. En este mundo conoces a mucha gente, pero yo ya tengo a mis amigos, y son los mismos que tenía antes de entrar a OT. Para que yo considere a alguien amigo o amiga pueden pasar años, me cuesta meter a alguien en mi círculo. Prefiero tener tres amigos buenos que 10 de mentira (risas).
Pero, ¿se pueden hacer amigos en el competitivo mundo de la música?
No creo que sea imposible, ni mucho menos, solo que, por mi personalidad, a mí me cuesta un poco más.
Con toda esta vorágine, ¿le cuesta imaginarse el futuro?
Siempre digo lo mismo, que es que espero dedicarme a la música. La vida me ha sorprendido tanto que quiero dejarme llevar. Quiero vivir el día a día porque, si lo pienso, me puedo angustiar, ya que cada paso que das en la música es una piscina en la que no sabes si hay agua o no, si puede salir bien o mal. Hago las cosas lo mejor que puedo para quedarme yo tranquila conmigo misma y, si algo no funciona, podré decirme que lo hice lo mejor que pude.
‘OT’ fue un ‘boom’. ¿Está preparada para cuando todo se normalice?
Yo creo que nunca nadie está preparado para el fracaso. Lo importante es estar rodeado de tu gente y que, si te haces daño, te cures las heridas.
Si se pudiera definir en tres palabras, ¿cuáles serían (y no vale altanera, preciosa y orgullosa)?
(Risas) Luchadora, soñadora y optimista.
BIO Ana Guerra (San Cristóbal de La Laguna, Tenerife, 18 de febrero de 1994), es una cantante y compositora española que se dio a conocer por su participación en el programa Operación Triunfo 2017. Candidata junto a Aitana a Eurovisión con Lo malo, aunque no fue el elegido, alcanzó el número 1 en las listas musicales de España y obtuvo cinco discos de platino con 180.000 compras digitales. Recibió el premio a Artista Revelación de 2018 junto a Aitana por Lo Malo. En 2019, publicó su primer álbum en solitario, Reflexión, que contiene éxitos a nivel mundial como Bajito y Ni la hora.