Conoce a los rivales de Amaia y Alfred

Salvador Sobral sembró con su victoria en Eurovisión 2017 un camino abonado a la austeridad escenográfica, a la diversidad lingüística y al romanticismo, algo que se reflejará en más candidatos en la edición de 2018, por ejemplo en los españoles Alfred y Amaia, muy bien posicionados en las apuestas.

Aunque rara vez la fórmula ganadora de un año repite triunfo el siguiente, la actuación de la joven y angelical pareja española en Operación Triunfo fue el vídeo más visto de febrero en el canal oficial del festival y las casas de apuestas la sitúan como sexta favorita entre los 43 países a concurso, a dos meses de la gran final, que tendrá lugar el 12 de mayo en Lisboa.

Justo delante de los españoles aparece el sueco Benjamin Ingrosso con un tema entre dance y r&b, Dance you off. Con su elección en la noche del sábado en el tradicional Melfest puede decirse que arranca el tramo final hacia Eurovisión 2018, a la espera ya solo de unos pocos competidores que desvelarán sus cartas próximamente.

Entre ellas está Bulgaria, a la cabeza de los pronósticos gracias a lo sembrado en años previos; le siguen Estonia, con una voz lírica interpretando en italiano (La forza); la República Checa, con otro r&b, este empujado por un arreglo de trompeta al estilo de Jason Derulo, y Australia, con un tema que se sitúa entre la balada y el medio tiempo catártico, We got love.

Es la misma fórmula que, con bastante menos apoyo en los vaticinios, llevarán Azerbaiyán con X My Heart o Reino Unido con Storm.

La canción sentimental, ya sea con ecos folk, electrónicos o en su formulación más clásica, será legión: ahí está el bielorruso Alekseev con Forever, el alemán Michael Schulte con You let me walk alone y el austríaco Cesár Sampson, con un góspel en la línea de Sam Smith, Nobody but you.

Probablemente también lo estará la rusa Yulia Samoylova, que por fin participará en Eurovisión tras ser vetada en Kiev 2017 por las complejas relaciones entre su país y los ucranianos.

La sensibilidad a flor de piel

Por la sensibilidad a flor de piel y los tempos más plácidos, además de los españoles, también apostará la anfitriona, Portugal, representada por Cláudia Pascoal y la leve O jardim, así como el irlandés Ryan O’Shaughnessy, que en Together reivindica una bella historia de amor homosexual en un videoclip coreografiado por las calles de Dublín, muy al estilo de la película La La Land.

Entre las apuestas más distintas figuran países con posibilidad de entrar en el «top 10», si no ganar: Bélgica, la más interesante, lleva una balada muy actual de estilo «dark cabaret», A matter of time; Francia ha apostado por el pop amable de base electrónica de Mercy e Italia por el dúo masculino de Ermal Meta y Fabrizio Moro con la denuncia pop antibelicista Non mi avete fatto niente.

Eurovisión no puede renunciar a su idiosincrasia bailable y a sus divas. Finlandia explotará el estilo de Demi Lovato con Saara Aalto y Monsters, mientras que la maltesa Christabelle llevará la épica revolucionaria y tribal a la discoteca con Taboo. La más sorprendente, no obstante, será la israelí Netta Barzila, que en Toy conjuga pop electrónico y apuntes africanos.

A pesar de que en las preselecciones fueron noticia algunos cortes que flirteaban con la música latina tras el éxito global de Despacito y otros artistas latinos, incluida la propia España con el trap Lo malo, finalmente este estilo ubicuo en las listas de ventas mundiales no sonará en el festival.

Chipre debió tomar alguna nota al respecto, porque el remedo mediterráneo de Beyoncé que representará a este país lleva un corte de pop bailable titulado Fuego, si bien el resto de la letra es en inglés.

Respecto a ediciones anteriores en las que el inglés barrió como lengua vehicular, en esta 63 edición se escucharán al menos una docena de temas en otros idiomas, sobre todo del este, como albanés, armenio, esloveno, español, francés, georgiano, griego húngaro, italiano, montenegrino, portugués y una lengua construida entre el serbio y un dialecto eslavo, el torlak.

Porque la victoria de Sobral también parece haber animado a algunos países a presumir de su bagaje musical y de su folclor, sobre todo Serbia con la canción Nova deca y Grecia con Gianna Terzi, hija del famoso cantante de música laïkó Paschali Terzi, que interpretará Oneiro Mou.

El retorno del rock

Quizás también empujado por el «triunfo de lo diferente» que los lusos encarnaron en 2017 con su híbrido de pop y jazz cabe celebrar otro retorno a Eurovisión, el del rock. Polonia se apunta al carro del Coldplay asociado con DJs en Light me up, Holanda llevará un country-rock con influjo de Jack White en Outlaw in ‘Em y Hungría ha apostado por un metal y post-hardcore en Viszlát nyár.

Y hablando de retornos, cabe destacar por último el de Alexander Rybak por Noruega, ganador de la edición de 2009, que llevará su violín de vuelta al festival para interpretar That’s how you write a song, aunque esta vez las apuestas no le acompañan. 

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