«Las bandas tributo son los Vox del rock and roll»

Entramos en una cafetería de la Plaza del Carmen (Madrid) y, desde la puerta, ya advierten de su disconformidad con la entrevista: «Si no tuviéramos cierta obligación contractual no estaríamos aquí». Una vez servidos y acomodados en sofás, vuelven a marcar terreno: «A nosotros no nos importa la promoción que se le pueda hacer al disco». Bien es cierto que estos navarros andan sobrados. En tan solo un día vendieron 50.000 entradas en toda España y han cerrado más de 40 fechas para la gira El Azogue. Ya lo anuncian en sus redes sociales: «Si alguien, cuando pase este año, no ha visto en directo a Marea, que sea porque no le ha dado la gana». Incluso podría ser la última oportunidad para escucharlos en directo porque, según adelantan en esta entrevista, igual se despiden «hasta siempre»…

¿Dónde han estado los últimos siete años?
En casa ocupándonos de las cosas importantes de la vida, que es la familia y los hijos, que también son familia en algunas civilizaciones avanzadas. De todas formas, hacer esta entrevista o la siguiente, nos parece una auténtica falta de respeto, porque las hojas de la prensa deberían dedicarse a temas importantes y no al disco que puedan hacer cinco navarros.

¿No merecen un hueco en las páginas de Cultura?
Sí, pero no es lo verdaderamente importante con la que está cayendo.

¿Estoy perdiendo el tiempo?
No, pero sentimos que estamos frivolizando. Nos da un poco de vergüenza estar hablando de lo grandes que somos musicalmente.

Precisamente en una entrevista afirmaban que este es un «disco perfecto» y que desde su último álbum nadie ha sacado nada mejor. ¿No hay un poco de pretensión en esto?
No, es un hecho tangible empírico. Es lo que siempre se dice sobre el último lanzamiento: que es el mejor, pero es que este realmente lo es. Un entorno ideal sería una escena rica en el rock urbano, en la cual hubiera muchos grupos haciendo cosas muy guapas y discos muy guapos. Que hubiera un montón de grupos dando caña y que nos lo pusieran más difícil en ese sentido. Porque nosotros llevamos muchísimos años en los que ninguna banda de rock nos ha cogido el testigo. Nosotros se lo cogimos de Extremoduro, pero no hay bandas nuevas después de nosotros.

Es decir, que son lo más novedoso del rock español, ¿no?
Fíjate cómo está el patio. Después de 21 años, seguimos siendo los nuevos.

¿Cómo explican la presencia del boxeador Poli Díaz en la canción En las encías?
Es un paralelismo evidente. Poli Díaz es un tío que estuvo en lo alto del todo, un ave Fénix al que no han noqueado nunca, y era su reaparición y la nuestra a la vez. Una representación bastante gráfica de la vuelta de los Marea. Habla de una estrella que resiste y, a pesar de que dicen que está podrido, resurge. La letra de esta canción se puede aplicar a todas las personas que se vuelven a levantar.

¿Se sienten así?
Sí. Nosotros siempre vamos a existir mientras estemos los cinco vivos. En el momento en que muera uno, o desaparezca por cualquier cosa, la banda desaparecerá. Mientras los cinco sigamos vivos, Dios quiera que sí- este es nuestro disco más religioso [se ríen]- tendremos Marea hasta los 107 años que pensamos vivir.

¿Por qué han elegido Temblor como adelanto?
Es la canción más Marea de todo el disco, podría estar en cualquiera de los anteriores. Nuestro estilo es muy reconocible y esa canción tiene todos los alicientes de ese estilo. Quien haya escuchado Marea hace 20 años, nos haya perdido la pista y escuche esta canción, sabe que somos nosotros.

En internet hay foros donde comentan el sentido de sus letras, y la mayoría asegura no entenderlas. ¿Componen para ustedes o para su público?
Si compones para el público haces reggaeton. Nosotros hacemos canciones que nos gustaría oír. Además, entender a una persona es una falta de respeto. Nosotros somos muy conservadores en eso, hay que tener un poquito intimidad. Por eso la gente de izquierdas hace tan mal el amor, porque no tienen ese sentimiento de intimidad [se ríen].

Después de cada lanzamiento y gira posterior, se toman una etapa de descanso más o menos larga. Sin embargo siempre se han resistido a la disolución…
Eso habla en favor nuestra, porque somos la banda más honesta que existe. Desaparecemos el tiempo que creemos necesario hasta que nos pica la sangre y necesitamos salir para decir algo. Y se avisa que puede ser que no volvamos. Somos muy conscientes de que en el momento de que uno lo deje se termina. Y eso todavía no lo ha dicho nadie en la historia del rock and roll: solo va a existir Marea mientras seamos los cinco miembros originales.

Cuando forman banda, ¿apartan la amistad?
No, no es negocio. Como llevamos mucho tiempo, sabemos cuál es la función de cada uno. Somos un grupo de amigos donde si uno dice no, es no.

¿Qué hay detrás de esos tipos duros con voz grave y sonidos estrepitosos?
Nosotros [cambian a voz a aguda y se ríen]. Lo de tipos duros nunca nos lo habían dicho. Más bien tenemos cara de pueblerinos y de medio idiotas.

Hay quienes les describen como sucedáneos de Extremoduro. ¿Están lejos de la realidad?
Un sucedáneo no, pero sí que venimos de esa planta y de otras muchas. La gente lo dice para meter el dedo en la llaga pero a nosotros no nos ha molestado nunca. Si nos comparasen con Taburete o Amaral ya sería la hostia, pero Extremoduro…

Hablando de otros grupos, en una entrevista se muestran muy en contra de las bandas de tributos. ¿Tienen que estar muertos para ello?
Son los Vox del rock and roll. Nadie entiende por qué son legales, nadie entiende cómo pueden tener seguidores y, aun así, pasan las dos cosas; ni ellos ni sus seguidores se merecen ningún tipo de respeto. A nosotros no nos ha llamado nadie para decirnos que nos van a hacer un tributo.

¿Sería distinto si sonara entre el repertorio de una verbena?
Las verbenas de pueblo son muy dignas y merecen todo nuestro respeto, porque pone orquesta, no tributo ni homenaje.

Tienen más de 40 fechas confirmadas, ¿cómo va a ser esa gira y qué pueden adelantar del show?
Vamos a tocar todo el disco nuevo y las antiguas. Lo más importante en un concierto de los Marea es el repertorio más que el show.

¿Hasta cuando nos despedimos?
Igual hasta siempre. O, igual, dentro de dos años estamos dando guerra. De hecho pensábamos que este disco ya no iba a pasar, pero sucedió. Es como tener 96 años: un día te levantas y dices: ¡Hostias, se me ha puesto dura! Aprovechas y te la zurras.

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