Rosalía durante su actuación.
Son las 22:00 horas del viernes y el escenario Nagusia (principal en euskera) está casi al completo. La energía desprendida por los cientos de corralillos que defienden su espacio apacigua el frío de la noche. Nervios, cervezas y cigarrilllos se mezclan en el ambiente; en apenas una hora estará ante los asistentes, en carne mortal, la gran diva del momento.
A las 23:00 horas un grupo de coros y de bailarinas le preparan el terreno a la estrella de la noche. «¡Buenas noches Bilbooooo!», saluda la artista catalana que tras escuchar con emoción los gritos de sus fans les ruega silencio para cantar a capella. Con una enorme presencia, unos movimientos que recuerdan a Beyoncé y una férrea voz consigue dejar al público deslumbrado y devoto, como si orase ante la virgen laica del mundo moderno.
Mientras unos cantan otros graban con el móvil, pero ninguno de ellos baila. Todos le escuchan atentos y emocionados, respetando el protocolo propio de un auditorio. Tan solo sus éxitos Malamente y Con Altura logran sacarlos de sus casillas.
Con la misma puntualidad con la que ha comenzado el show, la cantante lo cierra. Y con un detallista «Agur, agur» Rosalía desaparece del escenario. La gente retoma sus conversaciones: «Un concierto muy bonito», «qué voz», «cómo baila», «no ha cantado Millonaria»… opinan aquellos que creían haber visto pasar el momentazo del festival.
Pero para otros la noche no ha hecho más que empezar: The Strokes le tomará el relevo en unas horas. Mismo escenario, misma aglomeración, pero distinto gesto. Los newyorkinos rompen desde el primer momento. Con su primera canción hacen bailar al recinto entero.
El afamado grupo internacional ha logrado junto a Rosalía completar el aforo del segundo día del BBK Live con 40.000 asistentes. Pero no ha sido su telonero y ha sabido medirse de tú a tú con la nueva Madonna española. «Llevamos muchos años detrás de ellos», explica de hecho el director del Bilbao BBK Live y de Last Tour International Alfonso Santiago.
Aunque ambas actuaciones eran casi de asistencia obligatoria, los jóvenes tuvieron que manejárselas para poder ver a los otros cientos de artistas que estaban repartidos en siete escenarios. Un cartel que ha brillado por la ausencia de nombres conocidos y, en cambio, ha descubierto a grandes potenciales.
Liam Gallagher, Thom Yorke, Vetusta Morla, Nicola Cruz, Slaves, The Wizard, Brockhampton, Second, Uniforms, Suede, The Blaze, Laurent Garner, Muevelocumbia, Cupido, Weezer, The Good, The Band & The Queen, HVOB, Pony Bravo, Hot Chip, 2manydjs… Toda una serie de bandas y dijs-un buen número de música electrónica y techno- que se han sucedido hasta la madrugada y han logrado atraer a 112.800 asistentes de más de 100 países, según los datos ofrecidos por la promotora.
«Hay muchos artistas representativos de los últimos 30 años de la música y, por otro lado, muchas bandas de la nueva generación», explica Alfonso Santiago, para quien el cartel ha sido «muy coherente». Además, Bilbao BBK Live ha anunciado las fechas de su edición 2020, que se celebrará los días 9, 10 y 11 de julio en Kobetamendi y que ya están a la venta.
«La música tiene que ser un regalo»
La música ha impregnado Bilbao en su totalidad. Mientras el recinto del monte Kobetamendi enmudecía, el centro de la ciudad tomaba el relevo. Desde el jueves varios escenarios contagiaban del ambiente festivalero con conciertos gratuitos.
Artistas como Los Hermanos Cubero, Lorena Álvarez, Pony Bravo, Anni B Sweet, The Intergalactic Republic of Kongo, Venturi, Mujeres, Cariño o Gimnástica se han sumado a esta iniciativa.
Grupos de amigos, familias con niños, turistas y algún curioso se han ido acercado al escenario Heineken situado en el Arenal para disfrutar de la música. Desde ahí han podido escuchar en directo a Pony Bravo, Los Hermanos Cubero y a Lorena Álvarez.
«Me gusta mucho tocar gratis en sitios donde pueda ir todo el mundo, porque la música tiene que ser un regalo para los demás», explica Lorena Álvarez. El dúo muestra su conformidad: «El festival que se celebra en el monte tiene un corte de público, pero aquí es para todas las edades», añaden Los Hermanos Cubero.