Madrid aclama a los triunfitos en la segunda parada del ‘girOT’

Los concursantes de Operación Triunfo 2017 durante su concierto en el Palacio de Vistalegre, en Madrid.
EFE

El girOT continúa. Este viernes por la noche miles de fans se congregaron en el, nada acogedor, Palacio de Vistalegre para poder ver –y sobre todo, escuchar– de cerca a sus ídolos del fenómeno musical que fue el regreso de Operación Triunfo.

La fiesta comenzó con I’m still standing (Elton John). Un público enloquecido y muy variado en cuanto a la edad da la bienvenida a los 16 triunfitos, a pesar de la escasa espectacularidad del inicio. Salieron al escenario de repente, sin ningún precedente que anunciase a la multitud que el momento por el que llevaban esperando desde las 6 de la mañana, estaba cerca.

Pero esto solo fue el aperitivo para el verdadero pistoletazo de salida que nos brindó Ricky con Let me entertain you, de Robbie Williams. Demostró de nuevo que con el hecho de haber disfrutado la actuación como el que más, se puede mejorar, y mucho.

A este, le fueron sucediendo sus compañeros, todos recibiendo una gran ovación a pesar de pequeños detalles técnicos, como que a algunos se les escuchaba perfectamente y otros tenían que romperse la voz para estar por encima de la música. Y entonces llegó Marina para cantar The voice within, sacó su voz interior, capaz de superar cualquier problema técnico, y fue uno de los mayores regalos de la noche.

Uno de los momentos más esperados fue el de Agoney y Raoul, Ragoney para los fans. Manos vacías (Miguel Bosé) nos emocionó, tanto por las voces, que tan bien se compenetran, como por la interpretación (o realidad, pero no entraré en detalles personales que no vienen a cuento, al menos para quien le interesa la música). De nuevo dedicaron el momento «al amor, a la libertad y la visibilidad».

Si alguien llenó de fuerza el Palacio de Vistalegre fue, sin dudarlo, Miriam. La tercera clasificada, que parecía eclipsada por los otros concursantes que le rodeaban en top 5 (Amaia, Aitana, Alfred y Ana), demostró ser la más completa: una voz potente a la par que muy cuidada, baile, presencia descomunal en el escenario. La viva imagen del esfuerzo y el amor a la música.

Y la fiesta continuaba. No importaba quién estuviera en el escenario, todos aportaron algo que hará de esta noche un momento inolvidable para muchos: esos agudos de Agoney, que nos ponen los pelos de punta; ese baile en Eloise; la voz de Nerea, que hace que a más de uno se le salten las lágrimas; el momento de mayor diversión para muchos, Lo malo; Alfred, con su carisma y su voz (muy mejorada, por cierto) que emocionó al público con Que nos sigan las luces, y su complicidad con Amaia, formando el dúo perfecto (la competencia de Ragoney), el dúo que emocionó a Madrid y emocionará a toda Europa el próximo 12 de mayo.

Y finalizó con Amaia, que nos dio la oportunidad de vivir en directo el momento histórico del que fuimos testigos en la gala 9: Shake it out. Eso sí, no faltaron sus inocentes y aclamados comentarios: «El micro no me quiere» dijo antes de cantar Miedo y llevarse, de nuevo, una victoria.

Gracias a todos por vuestro talento y esfuerzo y, sobre todo, por compartirlo con nosotros.

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