«No nos dejan tiempo para desarrollar nuestra lucidez»

El verso libre de los Morente da otro paso sorpresa. Se llama Lo que te falta (Elefant Records) y conjuga rumba, indie y franqueza.

El disco parece decir ‘Esto es lo que me pasa y así lo asumo’. Es tajante. Superbién visto, así es. Es un personaje que todo lo que le pasa, lo cuenta. Y lo hace desde el corazón, desde la verdad y sin timidez ni miedo.

Visto lo visto, el desamor da un juego tremendo. Sí, tanto el amor como el desamor son la fuente de inspiración de toda la vida para los artistas. Es verdad que hay un trasfondo: los dos sirven para explicar otras cosas que hay por debajo. En el disco se tocan varios temas, por ejemplo, que vivimos en un momento en el que todo se soluciona con el lexatin o con las redes sociales, la apariencia, etc. Es difícil a veces entender qué está pasando, no nos dejan tiempo para desarrollar nuestra lucidez. Eso también está, por eso las canciones son cortitas y ligeras, tienen su mensajillo para espabilarnos. Muchas cosas que me pasan las cuento en las canciones, pero todas no, eh. Y no todo me pasa; o me pasan cosas todavía más potentes… Me encanta la mezcla de la ficción con la vida, es lo que más me atrae y me gusta de ser compositora y cantante.

Olvidarme de ti parece la canción perfecta para facilitar una ruptura. Es verdad que a veces necesitamos cortar con circunstancias en la vida que nos producen apegos y no sabes cómo ponerle solución. Y muchas veces un poema, una canción, un fragmento de un texto… el arte siempre es efectivo, parece.

Su disco es más rumbero y flamenco, pero las canciones no son tan previsibles. ¿Quiere ir siempre más allá? Me gusta trabajar hacia el infinito. No me gusta ver la frontera, sí visualizar un límite cuando casi estás llegando y seguir avanzando; y esto ocurre en las canciones. David, el productor, me ha entendido muy bien, entre los dos hemos viajado hacia el infinito.

¿Con una guitarra y unos palmeros se puede hacer cualquier cosa? Huy, sí. Se pueden hacer muchas cosas y muy divertidas y geniales. Mira Lola Flores, María Jiménez, el Pescaílla, todos estos artistas. Y los flamencos, que con una sola guitarra y una palma ya no necesitan más.

SOLEÁ MORENTE

  • Madrid, 1985. Cantante y compositora.

Hija de Enrique Morente y Aurora Carbonell. Hermana de Estrella y Kiki. Filóloga. Tiene un proyecto musical paralelo a su carrera musical, Prado Negro. Cantó por primera vez en solitario en 2011 con Los Evangelistas. Es Premio Fundación Princesa de Girona de las Artes 2018 y Premio Ojo Crítico 2019 de RNE.

Su canción Tutti Frutti es muy María Jiménez. Es muy cañera.«Tú quieres tutti frutti y un harén / Yo sólo quiero a un guni / Que me quiera bien». Tiene ese mensaje cañero y empoderado, pero al mismo tiempo creo que hay algo que nunca pasa de moda, que es el respeto, el respetarte a ti misma. Ahora se lleva mucho todo esto del poliamor y la relación abierta y está muy guay, pero si ambas partes lo entienden y lo aceptan. No eres menos moderno si no lo aceptas o no te hace bien y lo reconoces. También está ese guiño al trap con la palabra “guni”, se la escucho mucho a la Zowi y a otros.

¿Le atrae el trap? Hay cosas que me parecen muy interesantes. Le presto atención a todo lo que puedo. Hay tanta música, tantos libros que leer, tantas películas que ver que uno no da de sí. Pero el trap, por ejemplo, es un género que ha marcado tendencia, de máxima actualidad, con artistas muy buenos y que están diciendo algo a lo que hay que prestarle atención. Si ha tenido este éxito tan bestial, por algo será.

¿Está más cómoda en una discográfica como Elefant? Con Sony también me sentía cómoda, pero me apetecía trabajar de otra manera. Igual que siempre voy cambiando o construyendo personajes con diferentes músicos y productores, ahora me apetecía conocer también la industria del otro lado. Y estoy muy cómoda, muy contenta. Y satisfecha, podría decir.

David Rodríguez (La Estrella de David), La Bien Querida, Jota (Los Planetas)… ¿Qué se aportan mutuamente ellos y usted? Aprendo mucho de ellos. Su manera de componer ha sido fundamental para mí y me han abierto un camino determinante. Yo vengo de otro mundo, que es el flamenco, aunque también vengo de un padre defensor de la libertad absoluta. Cuando me empiezo a juntar con ellos y veo cómo componen y cómo hacen la música y empiezo a conocer el indie puro, me fascina. Vi un camino en el que echar a andar y crear mi propio mensaje. 

¿Cómo? Al principio, componer se me hacía un mundo. Ellos simplifican la ecuación: en el flamenco se compone de otra manera y cuando vi lo que contaban, que son cosas que me pasan a mí, y lo hacen de esa manera tan coloquial, pero al mismo tiempo son tres compositores excelentes que escriben increíblemente bien… Transmitir la emoción desde ese menos es más me sedujo muchísimo. Y vi que iba mucho con lo que yo sentía, con lo que me gustaría cantar, cómo me gustaría cantar. No hace falta, a lo mejor, ser una gran diosa de la voz, una virtuosa, sino transmitir la emoción con sensibilidad y sinceridad. Eso, compaginado con todo lo que sé y me han enseñado en casa.

«No hace falta ser una gran diosa de la voz, una virtuosa, sino transmitir la emoción con sensibilidad y sinceridad»

La canción Cariño tiene ahora una segunda vida con usted. El mismo autor de la canción, David, dice que parece otra. Es curioso, porque en este disco está producida también por él. Lo admiro muchísimo, me encantan sus discos y todo lo que hace. Me hacía una especial ilusión juntarme con él a ver qué ocurría. Al principio estaba sorprendida, porque yo lo busqué para salir del flamenco y, al final, hemos intercambiado algunos conceptos y nos ha salido este personaje.

¿Se imagina una colaboración entre Las Negris y las Cariño? Claro que lo he pensado. Y lo propuse, de hecho, las quería juntar, pero David me dijo que tranquila. Estaba loca por hacerlo.

¿Cómo se ha visto en el papel de compositora? Me producía muchísimo respeto, no era capaz de cantarle y contarle a David las canciones. Intenté distraerlo muchas veces hasta que un día, tomando una cerveza, le canté la de No puedo dormir y cuando le gustó me hizo muchísima ilusión. También se la canté a Jota y le gustó; todo empezó por ahí. Estaba muy nerviosa, me temblaban las manos, tocaba fatal… pero al tener su aprobación y el hecho de que no dijesen ‘qué horror’ o ‘ni se te ocurra seguir por ahí’ me ha dado mucha fuerza para seguir adelante. Se me va quitando cada vez más la timidez a la hora de escribir y ya tengo por ahí alguna cosilla para el próximo disco.

¿También compone la música? También. A ver, compongo de una manera muy básica y fácil con dos tres acordes y luego a lo mejor David le mete un cuarto acorde o le hace un arreglo superguay y queda mucho mejor.

El acento andaluz se le marca mucho en algunas canciones y en otras no, ¿le sale así? Me encanta esta entrevista, nadie me hace estas preguntas. Esta es otra clave. Lo que me pasa, creo, que es que tengo un padre granaíno (sic) y una madre madrileña y he vivido entre las dos ciudades desde que nací. Cuando estoy en Granada estoy granaína pura y cuando estoy en Madrid, muy fina. A la hora de hablar no pasa nada, pero cuando tengo que cantar… Es un dilema, pero por más que intento hacerlo todo con un acento no puedo. Así que rienda suelta a la naturalidad.

Soleá Morente posa para la entrevista.
Soleá Morente posa para la entrevista.
JORGE PARÍS

Es filóloga y una gran lectora. ¿Qué tiene que tener un texto para que le haga clicTiene que conectar con mi sensibilidad, con lo que soy, con lo que tengo. El primer flechazo en la lectura es superimportante para mí. Y también el que el texto esté escrito una manera que se pueda entender sin tener que partirte la cabeza.

Póngame algún ejemplo de ese flechazo. He leído el Diario de rodaje de Jean Cocteau de La bella y la bestia y me ha parecido una pasada. Y fíjate que es muy técnico a veces y habla de cosas que yo no sé, del cine o la iluminación, pero de pronto hay una frase que te enamora, vives un flechazo y sigues leyendo. Leí también Un año ajetreado, de Anne Wiazemsky, una de las actrices de Jean Luc Godard, la protagonista de La Chinoise. Me enamoré completamente. Y ahora estoy leyendo un libro de Ángeles Caso, Quiero escribirte esta noche una carta de amor. Es superbonito, anoche me quedé dormida con él en la mano.

Le tira el cine porque también es usted actriz. Soy muy aficionada. He hecho algunos pinitos en el cine y el teatro, pero parece ser que me va mejor en la música, porque no me han vuelto a llamar mucho.

Sus hermanos colaboran en el disco. ¿Le dan su opinión sobre su trabajo? Sí que somos críticos los unos con los otros. Y nos necesitamos, es como un trabajo en conjunto. Al fin al cabo somos muy diferentes, pero somos hermanos. Yo escucho el disco de Kiki, le doy mi opinión o un consejo, él igual conmigo, nosotros con Estrella… Somos muy piña. Y mi madre es el eslabón que nos une a todos, es fundamental en las tres carreras.

«Muchas veces en el escenario se me salta alguna lágrima y no me doy cuenta; cuando lo hago, es maravilloso»

Aunque han pasado años, ¿cómo hace para no emocionarse cuando canta algo de su padre? Con el tiempo vas creando como una técnica, por decirlo de una manera muy fría. Vas creando tus propios recursos para poder sobrevivir, porque para mí ha sido por ahora lo peor que me ha ocurrido en la vida. Lo echo muchísimo de menos y me emociono cantándole y cantando sus letras. Llevo a mi padre en cada poro de mi piel. Me emociono, pero controlando la emoción, porque si no, no podría cantar, no podría vivir prácticamente. Parece que no vas a poder nunca no con algo que te supera, pero el tiempo te va dando tablas y experiencia. Muchas veces en el escenario se me salta alguna lágrima y no me doy cuenta; cuando lo hago, la noto cayendo y es maravilloso al mismo tiempo. Es un sentimiento muy fuerte.

Tiene otro proyecto, Prado Negro, sigue estudiando, ahora le vienen conciertos. Se entiende mejor lo de «no puedo dormir». Esta inquietud que hay dentro de mí me lleva a meterme en muchos proyectos y a veces estoy un poco cansada, pero ahora mismo tengo los cinco sentidos puestos en lo que hago. Cada vez me entusiasman más cosas: también estoy tomando clases de batería y me encanta. Mi profesor se llama Juamma, es el batería de La Bien Querida. También tengo clases de inglés, he terminado un máster de estudios avanzados en literatura española e hispanoamericana, con Prado Negro estoy a tope… En fin, así no hay mucho tiempo para comerse la olla.

Acaba de pasar el 8-M. ¿Cómo es para una artista mujer afrontar una carrera en solitario, tomar decisiones…? La vida es difícil para todos, para los hombres y para mujeres. Pero es verdad que las mujeres arrastramos esa bata de cola. En el videoclip que acabo de hacer con Paco León lo explicamos muy bien. Con la canción de Lo que te falta más la visión de Paco y Pilar Albarracín, que es una artista sevillana muy interesante, explicamos un poco la dificultad añadida que tiene la mujer y la expresamos a través de la bata de cola.

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