un festival para Love of Lesbian, en Aranda de Duero

El cantante de la banda Love of Lesbian, Santi Balmes, durante el concierto del Festival Sonoroma Ribera.
EFE

Después de la actuación del viernes por la noche en Aranda de Duero, si alguien me preguntara cuál es el festival perfecto para la banda catalana Love of Lesbian diría, sin dudarlo: Sonorama Ribera. Santi Balmes y sus compañeros e invitados fueron las estrellas de la noche en la tercera jornada del festival, que arrancó el miércoles.

Pero empecemos por el principio. Cuando el recinto (aún cerrado el miércoles en la bienvenida) abría sus puertas por segundo día para acoger los conciertos principales de la jornada, un nubarrón se cernía sobre las cabezas de los asistentes que recogían su pulsera en la entrada. En efecto, comenzó a llover sin parar durante más de una hora. Cada uno se refugió donde pudo, otros se calaron.

Pasada la lluvia, un arco iris completo y gigante parecía decir a los festivaleros: ya podéis venir, seguid el camino de baldosas amarillas. Los paisajes sonoros de Lebowsky nos condujeron hacia el escenario donde Fuel Fandango se reencontraba con el público.

Ellos mismos se encargaron de recordar cómo actuaron por primera vez en la plaza del Trigo para ahora subirse al escenario Aranda. «Está mojado, no me puedo mover mucho», se disculpaba la cordobesa Cristina Manjón, ataviada con un sombrero de su tierra. A pesar de todo, su pop bailable en el que cambian sin despeinarse del inglés al castellano consiguió hacer bailar a los ‘madrugadores’.

Por su parte, Alejandro Acosta quiso destacar que Fuel Fandango están celebrando sus 10 años en activo, en los que han vivido «momentos maravillosos en este festival». Están preparando su cuarto disco, del que presentaron algunos temas.

La hora del brit-rock

Recogiendo el sombrero de Pete Doherty y el testigo de algunas de las bandas que han revitalizado el rock británico en el siglo XXI, como Franz Ferdinand o Arctic Monkeys, The Vaccines ofrecieron un concierto muy correcto pero les costó entrar en calor y desmelenarse.

La interesante voz grave de su cantante y sus poses con aroma Morrissey no fueron suficientes para seducir a un público ávido de saltar y bailar, que recibió con júbilo el confeti mientras sonaba All my friends are falling in love y, por un momento, al ritmo de If you wanna nos sentimos dentro de un anuncio de cerveza mediterránea, a pesar del frío burgalés (menos de 15 grados…).

Después, la potencia de Berri Txarrak y la entrega de Second nos prepararon para el que sería el concierto de la noche. Cuando Santi Balmes y sus compañeros, con invitados como Ricky Falkner y un trío de vientos, salieron a escena, la explanada del Sonorama estaba abarrotada.

Para los fans que se lo perdieron, este fue el repertorio completo, anunciado con rótulos en las pantallas al principio y al final de cada canción: 1999, Nadie por las calles, Cuando no me ves, Bajo el volcán, Universos infinitos, Belice, Manifiesto delirista, L.M.T., Algunas plantas, Club de fans de John Boy, Incendios, Planeador y Allí donde solíamos gritar.

Love of Lesbian han conseguido con los años situarse en un espacio donde la elegancia y el sosiego no resulta incompatible con ser cabeza de cartel de un festival. Así volvieron a demostrarlo este viernes por la noche, con un público entregado y coreando cada una de sus canciones de principio a fin.

Así que sí, como decía al comienzo, si tuviese que elegir el festival perfecto para Love of Lesbian sería el Sonorama. Y así lo confirmaron ellos recordando momentos de su paso por Aranda como cuando «hace 10 años» presentaban su álbum 1999 allí, por lo que no podía faltar John Boy a su cita.

También hubo espacio para la reivindicación, de la marihuana de Algunas plantas a «los políticos que quieren volver a 50 años antes» en su Manifiesto delirista. Y, lejos de exigir que se guardaran los teléfonos, Balmes pidió a sus fans que crearan «un firmamento con los móviles» para Universos infinitos, canción en la que además contaron con la colaboración de un fan inesperado: el rapero Arkano, seguidor del grupo «de toda la vida».

Tras la magia y la comunión, muchos abandobaron el recinto coreando sus letras, mientras unos se quedaban disfrutando del buen hacer de los escoceses Deacon Blue, otros se preparaban para la fiesta tropical de Carlos Sadness y el resto reponían fuerzas para llegar a tono al pop de La Sonrisa de Julia y los DJs.

Veremos que nos depara el regreso de Nacho Cano este sábado…

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